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Herramienta de transformación: La meditación

Siguiendo con los artículos ¿Es posible cambiar? y Herramientas para el cambio, quiero seguir aportando herramienta de cambio y transformación y una de las más importantes bajo mi punto de vista es “La Meditación”.

Seguro que muchos de vosotr@s habréis leído o escuchado hablar de meditación, y os haréis muchas preguntas al respecto de esta técnica que tiene muchas vertientes y beneficios.

Y también aquí me gustaría hacer referencia al testimonio de un emprendedor Angel María Herrera que ha iniciado la practica de meditación y ya ha descubierto sus beneficios.

Como bien dice Angel en su artículo la meditación le permite ver con mayor claridad aquellas ideas que puede aplicar a su negocio y a mi me ha pasado algo semejante.

Para mí la práctica de la meditación empezó hace años y poco a poco me fue transformando y ésto no es pura metáfora os lo aseguro.

Yo soy una persona muy inquieta y cuando empecé a meditar como a todo principiante me parecía que no tenía sentido aquello de estar sin hacer nada durante al menos 5  minutos más que observar mi respiración.

Además de lo incómodo que era que justo en ese momento en lugar de tranquilizarme, venían a la mente infinidad de pensamientos del pasado y del futuro; todos los planes y proyectos se presentaban sin control, todas las actividades pasadas igual.

Era justo el proceso inverso a la idea que yo me había formado de la meditación, como un remanso de paz interior y tranquilidad mental.

Lo que en aquel momento no sabía aún era como funcionaba mi mente y la de todos en esos momentos de supuesta quietud mental.

Recreación dinamismo mental
Recreación del dinamismo cerebral

¿Y si esto es lo normal para qué seguir practicando?

Pues porque nuestra mente es un caballo desbocado al que durante todo el día le estamos llenando de todo tipo de estímulos conscientes e inconscientes, sensoriales y cognitivos  y pretendemos que de repente ese caballo se detenga sin más y ésto como es lógico no es posible.

Nuestra mente funciona en este aspecto como un músculo, que no estando entrenado queremos que nos dé un gran rendimiento sometiéndolo a un gran esfuerzo.

Siguiendo con éste símil,  si yo pretendo correr una maratón, será necesario que previamente realice un entrenamiento gradual para que después de un determinado tiempo mi cuerpo sea capaz de dar lo mejor de su potencia sin un esfuerzo dañino y desgarrador.

Así sucede también con nuestra mente, para lo cual es importante tener en cuenta algunas nociones básicas previas y no desfallecer en el intento.

Antes de empezar a meditar:

Busca un sitio tranquilo donde no te interrumpan durante el tiempo que estarás meditando (5 o 10 minutos son suficientes al principio)

La postura debe ser cómoda para poder mantenerla inmóvil durante ese tiempo.

No es necesario estar sentado al estilo yogui (con las piernas cruzadas) si no tienes costumbre de dicha postura. Pero sí es imprescindible que la postura te permita mantener la espalda recta, así que puedes estar sentado en una silla (no recostado).

No se recomienda estar tumbado en el suelo o en una cama, ya que ésta postura facilita que nos durmamos.

Así que si estos preliminares los tienes solucionados te daré una pauta sencilla de como hacerlo:

  • Al principio deja que tu respiración sea tranquila y natural, no fuerces ningún ritmo respiratorio especial.
  • Lleva la atención de tu mente solo a observar el movimiento natural que se produce en tu cuerpo cada vez que se produce la respiración, sin tratar de intervenir en ella, solo observando el movimiento allí donde se produzca.
  • Puede ser en la zona abdominal, la parte superior de la caja torácica o la zona intercostal.
  • Esta observación como digo te costará un trabajo de atención mental que no siempre serás capaz de mantener, así que no te preocupes cuando todo un mar de pensamientos te distraigan, déjalos llegar, no intentes evitarlos.
  • Pero cuando te das cuenta que has perdido la atención de tu respiración con toda la tranquilidad del mundo vuelve a llevar tu mente a esa observación del movimiento respiratorio.

Y este proceso de ida y vuelta que te distraerá será lo más normal que suceda, como digo al principio es recomendable no estar más de 5 minutos que se irán aumentando a medida que tu práctica vaya siendo más cómoda y tu mente vaya estando más entrenada para hacerlo.

Esta es una práctica sencilla para una primera toma de contacto con la meditación, que en otros artículos seguiré profundizando.

Me gustaría mucho que aquell@s de vosotr@s que queráis practicarlo dejéis vuestros comentarios de como ha transcurrido la experiencia.

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