Como los músculos tensos y las emociones tensas van de la mano, la mejor manera de combatir el estrés es relajándose.
No es posible sentir estrés mientras se está completamente relajado.
Resulta interesante que la relajación física no solamente reduce el estrés físico sino también el mental.
El organismo relajado no permitiera que el cerebro produzca los pensamientos estresantes o temores.
Por eso es tan importante no sólo aprender las técnicas, sino practicarlas para descubrir cual de ellas se ajusta mejor a nuestras necesidades.
Ya he comentado que no todas las técnicas son igual de efectivas para todas las personas, pero sólo practicándolas de manera regular podrás descubrir los beneficios que te van a proporcionar.
Es evidente que si estás en un momento de mayor tensión, conseguir la relajación será más costoso o te llevará más tiempo, pero también es evidente que si no haces algo diferente para conseguir parar la rueda del estrés no conseguirás salir nunca de la dinámica que te ha llevado a ella.
Decía Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”
No importa lo largo que sea el camino que debamos recorrer, sólo importa dar el primer paso, porque sin él el camino será siempre inalcanzable.