Una de las características por las cuales nos sentimos estresados es por la interpretación que damos a la realidad que nos rodea.
Para ser más precisos, no a la realidad, sino a la interpretación que cada uno hacemos de dicha realidad.
Sobreviene el estrés, cuando interpretamos que la situación o situaciones nos superan ya que las demandas las juzgamos superiores a los recursos de los que disponemos para hacerles frente.
DEMANDAS
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RECURSOS DISPONIBLES
Y dicho juicio se produce de un modo determinado en función de un conjunto de circunstancias o historias personales como pueden ser:
- Educación recibida
- Religión o creencias
- Situación económica actual o previa.
- Recuerdos emocionales previos o evocación de situaciones anteriores.
- Filtros o prejuicios sociales.
- Filtros o prejuicios personales y un largo etc.
Según otra versión de esta evaluación formulada por el psicólogo Richard Lázarus, dice que no solo hacemos una primera evaluación, sino que de cada situación hacemos varias evaluaciones, en función de las emociones que nos produzcan y en función también de los modelos de afrontamientos de que dispongamos.
Y es en esta fase de interpretación en la que debemos actuar para modificarla y conseguir no sentirnos amenazados por las situaciones.
Y pensaréis que esto es una utopía, y no lo es. Tampoco por supuesto es nada fácil, y tampoco se consigue con la aplicación siemple de un intención.
El valorar las situaciones de modo diferente requiere un entrenamiento constante a nivel mental y emocional, requiere que cada vez que juzgas una situación te pares a pensar si es así como la haz juzgado siempre y por lo tanto intentes ver la situación desde otro enfoque diferente.
Se necesita tomar consciencia del instante presente, y aprender a relativizar.