Como te comenté antes en otro post este compromiso de transmitir los conocimientos de yoga que recibes, no significa algo pesado, sino que el placer de seguir descubriendo y aprendiendo sobre el yoga, es también el placer de compartir ese conocimiento con otros.
Porque el conocimiento, que recibes de un modo racional, cuando hablo de yoga se transforma en algo emocional, que se siente a flor de piel, se convierte en una experiencia vital, llena de sensaciones y emociones positivas.
Durante ese curso, yo llevé mi cámara de vídeo y le pedí permiso a Narayani para grabar sus clases, y me dijo que ella no tenía problemas, que podía grabarla.
Cuando terminamos el curso, me dijo si podía enviarle una copia del vídeo, y así lo hice.
Aquel año, cuando llegó la época de navidades, recibí una carta de Londres, y me sorprendió pues era una felicitación de esta gran Yoguini (nombre femenino para las maestras de yoga) , deseando que mi aprendizaje continuara siendo provechoso, y agradeciéndome la copia del vídeo que le había enviado del curso de verano.
Me decía que le había sido muy útil porque al verse, ella podía ver sus errores y seguir aprendiendo.
Este comentario suyo, no era más que el reflejo de su personalidad, sabia y humilde, y a ser posible algún día quisiera llegar yo también a ser así aunque no tan sabia, si tener su humildad.