Reduce tu estrés respirando, es una de las mejores prácticas que puedes aprender y aquí te contaré cómo lo hacen los alumnos de mis cursos.
Lo primero que debes aprender es que el estrés altera tu respiración provocando una aceleración del ritmo, o bien una menor capacidad respiratoria ya que tu respiración se produce con la movilidad de la parte alta del pecho y no con toda la capacidad de la caja torácica.
Esta aceleración en el ritmo puede llevarte en más de una ocasión a un ataque de ansiedad y a la hiperventilación.
Se trata entonces de ser capaces de respirar de forma que cuando esté en un momento de estrés, pueda dirigir mi respiración para evitar estos efectos que generan un círculo vicioso.
Cuanto más nervioso me pongo peor respiro y cuando peor respiro más aumenta mi ansiedad y estrés.
Para cambiar este efecto pernicioso, lo primero que tienes que aprender es observar tu movimiento de respiración y algunos otros aspectos de la misma.
A través de este ejercicio puedes hacer la práctica de observación de tu respiración.
Y después de realizar este ejercicio durante 1 semana todos los día podrás comenzar a entrenar en una mayor movilidad muscular que favorezca tu respiración.
También a partir de este entrenamiento podrás modificar el ritmo y conseguir que sea el adecuado y te facilite rebajar la intensidad del estrés o la ansiedad.
La respiración es un tranquilizante natural que afortunadamente todos disponemos, aunque se nos ha olvidado que podemos generar calma con ella.
Solo debes tener en cuenta que la capacidad de cambiar el ritmo respiratorio para hacerlo lento y que nos facilite un estado de calma no es fácil si no tienes la práctica entrenada previamente.
Así que te invito a que cada día le dediques 5 minutos a tu respiración. Primero observándola y después haciéndola más lenta y sentirás la diferencia.