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Cada día disponemos de más medios de comunicación, más tecnología, pero sin embargo cada día nos encontramos con mayores dificultades para comunicarnos.
Por qué? Creo que es porque cada vez toleramos menos el fracaso, y por lo tanto la comunicación con los demás se plantea como una posible fuente de rechazo, así que en lugar de aventurarse a ganar probando, decidimos no correr el riesgo de fracasar si nuestro interlocutor emite opiniones o actitudes diferentes a las nuestras.
Dentro de las herramientas que el ser humano dispone para manejar su estrés, está la de compartir con su entorno sus problemas, sus alegrías o sus penas, y sin embargo cada vez nos comunicamos menos y peor.
Este vídeo me hace pensar en la inseguridad y la baja autoestima que se acrecienta cuando tenemos una situación de estrés continuado, y de la profunda soledad a la que podemos llegar.
La comunicación humana cada vez se hace más difícil, porque aunque nos gustaría que nos escuchasen, muy pocas veces estamos dispuestos a escuchar, a compartir, a utilizar la empatía como base de las relaciones.
Para compartir no es necesario estar en absoluto acuerdo con el otro, es más las diferencias pueden enriquecernos siempre que se traten con respeto hacia el otro y hacia uno mismo, porque pueden enseñarnos puntos de vista que ni siquiera habríamos tenido en cuenta de no ser por haberselas escuchado al otro.