Victoria Ambrós – Formadora en técnicas de reducción de estrés
“Las personas se van de las empresas por los ambientes de trabajo”
Entrevista realizada por Ana Fuentes – Subdirectora de Atlántico Diario.
El estrés es el segundo problema de salud laboral en Europa. Victoria Ambrós lo sufrió directamente y ahora es formadora en técnicas de reducción de estrés en empresas e instituciones públicas. Su máxima: la prevención es la clave.
Su máxima: la prevención es la clave.
¿Cómo llega a ser una experta en control de estrés?
Por una situación propia. Yo era un mando intermedio en una empresa de distribución gallega y trabajaba muchísimas horas, me encantaba, hasta que me rompí. El estrés me dijo ya. Después de 16 años tuve que parar. Ahí te das cuenta del recorrido de declive que vas haciendo, físico y mental. No eres consciente hasta que te caes. Acudí a psiquiatras y a psicólogos que te dan medicación y el punto de inflexión fue cuando le pregunté a uno hasta cuándo iba a estar así. Y me dijo, “no creo que nunca vuelvas a ser tú”.
Eso es un diagnóstico durísimo.
Efectivamente. Ese fue el punto de hasta aquí hemos llegado y hay que buscar otra vía. Conocí que en EEUU se estaba haciendo “mindfulness” para personas con trastornos por estrés severo y “burnout” y me empiezo a interesar. Empiezo a formarme y veo que el camino es la prevención y enseñar a las personas que no necesitan llegar al fondo del pozo para poder salir.
Y qué conciencia tienen las empresas de la necesidad de prevención?
Hoy en día ya hay herramientas de medición sobradas, pero la mejor base de datos es el nivel de absentismo. El estrés es la segunda causa de bajas de incapacidad temporal transitoria, después de la músculo esquelética.
¿Esto cuánto implica?
Con la última cifra del INE, el nivel de bajas por salud mental supone 43.000 millones de euros al año en España. El 3,2% del PIB. Es un precio demasiado alto, porque a la empresa le cuesta mucho ganarlo y es un cese de ingresos, además de recursos para tapar un agujero. ¿Por qué no destinamos una ínfima parte de eso en la prevención? Se trata de no poner el parche cuando ya pasó, sino que vamos a poner válvulas de escape.
¿Y cómo lo aceptan las empresas?
Unas mejor que otras, pero normalmente se focalizan en la semana de la salud mental y hacen una vez al año una formación. Pero yo quiero concienciar para que se vaya un poco más allá. La propuesta es diferente, que cada equis tiempo, una vez al mes, tengamos una sesión que refuerce, para que eso no se olvide, que vaya penetrando como la lluvia fina y que al final genere cambios. Esto no va de conocimientos intelectuales, va de acercarse a uno mismo y ver cómo te bloqueas, cómo estás acelerado sin necesidad.
Precisamente la formación de los líderes de grupos es importante, porque transmiten ese estrés.
Efectivamente, el estrés es una respuesta de alerta ante una amenaza, por lo tanto, si yo me siento amenazado, mi respuesta no va a ser de empatía, de apoyo, va a ser una respuesta de que estoy amenazado, necesito salir corriendo, no transmite motivación y cuando lo mantienes acaba quemando. Las personas se van de las empresas, no necesariamente por motivos económicos, sino por los ambientes de trabajo. Me dicen: “yo el domingo tengo emails”; así que prefieren tener menos ingresos y calidad de vida.
¿Tiene una repercusión en la cuenta de resultados?
Está calculado que las pérdidas por absentismo suponen cerca de un 13%. Es sutil, pero la cuenta de resultados está ahí. Entonces, vamos a poner medidas de alivio de la tensión.
¿Por dónde va el futuro en la gestión del estrés en las empresas?
Tiene que ir por la prevención. Esto no se trata de generar gastos, sino de invertir para conseguir que ese agujero negro que supone la baja de productividad no sea un lastre en la cuenta de resultados.
Realizada por Ana Fuentes