Respiración y relajación están intimamente ligadas y cambian la química de nuestro cuerpo.
La respiración tiene una relación directa con la relajación, así que lo que hasta pocos años se intuía y los practicantes de ejercicios de respiración de yoga y otras disciplinas experimentaban, ahora ya está probado por las investigaciones científicas.
La respiración, es probablemente la única función que dependiendo del sistema nervioso autónomo es modificable a través de la voluntad.
Las técnicas de respiración constituyen una puerta hacia la red de comunicación autonómica a través de la cual podemos mandar mensajes especificos al cerebro usando el lenguaje del cuerpo, un lenguaje que el cerebro entiende y al cual responde
Dr. Richard Brown y Dra Patricia Gerbarg
Cuando hablo de respiración, no sólo me refiero al gesto respiratorio, al movimiento que facilita la entrada y salida del aire en nuestro cuerpo, sino que me refiero al efecto que produce sobre el sistema nervioso.
En concreto me refiero a que modificando el ritmo respiratorio, ralentizándolo, podemos activar el sistema parasimpático y esto a su vez produce un efecto tranquilizador sobre todo el cuerpo.
¿Pero cómo es posible este cambio?
Existe una relación directa entre nuestra respiración y el estado emocional.
Toda tensión emocional, pensamientos negativos, o emociones desagradables, conllevan a una alteración del ritmo respiratorio entre otros efectos que producen en nuestro cuerpo.
Bajo un estado de tesión, o de emociones fuertes, la respiración se hace difícil, entrecortada y con ritmo irregular.
Por el contrario, cuando conseguimos respirar con lentitud y amplitud, lo que se produce es un estado de bienestar y de calma.
La frecuencia respiratoria es de aproximadamente 12 -15 respiraciones por minuto en una persona adulta.
Ante una situación de estrés, miedo u otra emoción potente esta frecuencia cambia y puede llegar hasta 50 repiraciones por minuto.
Cuando realizamos ejercicios de respiración para la calma en la práctica de yoga, el ritmo puede descender incluso a 6 – 8 ciclos de respiraciones por minuto sin mucho esfuerzo.
Lo mismo sucede cuando de forma natural estamos en un estado de calma, de meditación o de concentración en un espacio de la naturaleza.
La respiración consciente es en si misma toda una experiencia que lleva a la calma con la práctica y esto se debe al movimiento consciente del músculo del diafragma.
Cuando la respiración es abdominal, el propio movimiento lento transmite un masaje al corazón que a su vez, ralentiza su ritmo y eso es así porque se produce un neurotrasmisor que es la acetilcolina.
Además del ritmo lento en la respiración a través del movimiento diafragmático, amplifica los movimientos peristálticos del intestino y favorecen el tránsito en el mismo.
Es aquí necesario hacer mención de que la respiración salvo excepciones debe realizarse por las fosas nasales.
Las fosas nasales, son las encargadas de preparar el aire para que se asemeje lo más posible a la temperatura interior de nuestro cuerpo.
También en las fosas nasales el aire que entra es filtrada de impurezas y humedecida además de atemperada.
Por lo tanto salvo que haya alguna patología que lo impida, de forma sistemática en lo posible tanto la inspiración como la expulsión del aire se realizará por las fosas nasales.
Esto claro está cuando estamos en condiciones de reposo. En otros momentos de mayor actividad física puede ser necesario otro parámetro de respiración.
Y ¿cuál es el ritmo respiratorio más adecuado para producir este estado de relajación del que hablamos al inicio?
Existen distintas frecuencias respiratorias que producen como no, distintos estados en el sistema nervioso.
En la práctica de las técnicas de pranayama se indica que para producir calma, el practicante se entrenará en ir aumentando el ritmo de la expulsión del aire, hasta llegar a realizar de forma cómoda esa expulsión en un ritmo de 2 veces el ritmo de inspiración.
Es decir, si tu inspiración dura 3 segundos, se trataría de realizar la expulsión del aire en 6 segundos a través de la práctica por supuesto.
¿Te das cuenta de cómo es tu respiración a lo largo del día? ¿Alguna vez le has prestado atención?
Según Nazareth Castellanos, en su último libro «Neurociencia del cuerpo»
«Conocer la propia respiración es una brújula que convierte al vagabundo en peregrino»
Te invito a convertirte en peregrino para adentrarte y conectar con tu propia respiración y el estado de relajación que con ella puedes conseguir.
Y para ayudarte en la práctica comparto este pequeño vídeo de práctica de respiración guiada.
Espero que lo disfrutes y si quieres regalame un comentario y compárte.
Namasté.