Hace algunos años ya que comencé a practicar yoga, y como cada uno puede tener una motivación diferente y todas son válidas me gustaría comentar las mías.
Después de varios meses de dolores musculares, contracturas y tendinitis de hombro, mi cuerpo ya no podía más y fue cuando empecé la rehabilitación para deshacer todo tipo de contracturas debidas a la tensión laboral y a la mala postura de trabajado frente al ordenador y atendiendo el teléfono.
Todo ello me llevó a más de 3 meses de fisioterapia y cuando el médico rehabilitador me dijo que tenía que empezar a moverme y hacer ejercicio porque de lo contrario en poco tiempo volvería a estar por la consulta, decidí que tenía que cambiar mi dinámica y costubres.
Pregunté a un cliente y amigo por entonces ya que él me había comentado en alguna ocasión que practicaba yoga, ya que yo desconocía por completo la práctica y además por mi ignorancia tenía bastantes ideas preconcebidas acerca del yoga.
No me interesaba en aquel momento ningún tema de espiritualidad ni de trascendencia, y tenía bastante aprensión a lo que en aquel momento creía que era una práctica sectaria. Esto como dije al principo fue por el año 2000, ya llovió desde entonces¡¡¡¡¡¡
Bien bajo su recomendación fui a una clase de yoga para probar y comprobar por mi misma en que consistía, y desde entonces no he parado, salvo algunas ocasiones que por fuerza de horarios o problemas de salud me impidieron practicar.
¿Qué me aporta desde entonces la práctica de yoga?
Un trabajo físico, que como efecto secundario evita que genere contracturas por la tensión acumulada.
Una tonificación y fortaleza muscular que redunda en sus beneficios a todos los niveles.
Una mejoría del mi sistema inmune, ya que desde entonces tengo muchísimos menos catarros, gripes, etc…..
Una mejor densidad ósea, ya que alguna vez que me han realizado una prueba de osteoporosis, mis niveles están por encima de la media de las mujeres de mi edad. (No voy a confesar cuantos, pero son bastantes)
Una agilidad y movilidad articular bastante notable, y lo pueden confirmar mis alumnos/as.
Una mejoría inmensa en la calidad del sueño, después de mi práctica de yoga duermo como un bebé.
Y quizás si todo ésto no fuese suficiente
«El Yoga me produce calma y equilibrio emocional para afrontar los acontecimientos cotidianos y extraordinarios que me tocan vivir desconocidad anteriormente.»
Por éstas y otras razones que son todas buenas, pero sería tedioso detallarlas, es por lo que después de 14 años de práctica no tengo más que recomendar a todo el que me pregunta que hago para trasmitir tanta calma (y ésto para una persona hiperactiva como yo es casi un piropo):
«Yo, practico Yoga»
Y no es una cuestión de fe, sino una constatación de hechos. Espero que todos/as que leaís este artículo os lleve al menos a plantearos la necesidad de probar una clase de yoga y decidir por vosotros/as mismas si os apetece o no intentarlo.
Comparto los conceptos vertidos en el articulo
Gracias Nelly por tu comentario.