Está bastante claro que dentro de los múltiples factores que influyen dentro del estrés está el tipo de personalidad de cada individuo, ya que una situación no es estresante en sí misma sino cuando cada uno de nosotros la evaluamos como tal.
Dentro del proceso de evaluación entran en juegos múltiples factores, ya sean:
- Culturales.
- Religiosos.
- Sociales.
- Personales o cognitivos.
Dentro de los factores cognitivos la personalidad, tiene un papel importante en el proceso de evaluación de las situaciones.
Se distinguen varios tipos de personalidad, pero la que más tendencia tiene al estrés sin duda es la que los psicólogos denominan TIPO A.
El tipo de personalidad A
- Corresponde a aquellas personas que necesitan afirmarse permanentemente a través de logros personales para alcanzar la percepción de auto-control.
- Experimentan una constante urgencia de tiempo que les hace intolerable el reposo y la inactividad.
- Tienen tendencia a la dominación y al control, una profunda inclinación a competir y una elevada agresividad (muchas veces oculta) que les induce a vivir en un constante estado de lucha, tanto con el entorno como con ellos mismos.
- Las enfermedades más frecuentes en estos sujetos son las de tipo coronario, problemas psicosomáticos y síndromes de ansiedad generalizada.
- El patrón de conducta A se adquiere a través del aprendizaje y se puede detectar ya en la infancia y adolescencia.
Este patrón de personalidad por supuesto es el más claro candidato al estrés, y al sufrimiento.
Suelen ser sin quererlo su peor enemigo, ya que sus niveles de exigencia personal son muy altos, al igual que su grado de perfeccionismo en todo lo que hacen.
Pero la pregunta más interesante que surge es ¿Se puede cambiar el tipo de personalidad en una persona adulta?
Según los psicólogos NO, pero sí se puede trabajar con ella desde la consciencia y la identificación, para frenar los impulsos aprendidos con la práctica de las técnicas de afrontamiento que disponemos.