La semana pasada estuve impartiendo formación en una empresa, y les comentaba a los participantes sobre la importancia de la Inteligencia Emocional, y el manejo que cada uno hacemos de nuestras propias emociones.
Y un punto importante del manejo de las emociones es el lenguaje, porque así como nos comunicamos así nos sentimos.
Una reflexión que me parece interesante dentro del manejo de las emociones ya sean propias o con nuestro entorno es la siguiente:
Lo que has de decir a otros, antes dítelo a ti mism@
Porque debemos tener en cuenta que lo que decimos va a impactar en el otro y en nosotros mismos y por lo tanto debemos tomar consciencia de que a través de ese impacto también creamos emociones, ya sean positivas, negativas o neutras.
Pero como digo la gestión de nuestras emociones es lo que por norma nos produce mayor dificultad.
Casi siempre hacemos referencia a nuestras emociones como respuesta a los acontecimientos externos y trasladamos la responsabilidad de lo que sentimos a los otros.
Y resulta que el primer paso para adueñarse de las emociones, es hacerse responsable de ellas.
No depende de lo externo como respondemos emocionalmente, sino de la actitud con que nos enfrentamos a ello.
Sé que este concepto resulta difícil de aceptar porque siempre nos movemos a través de las sensaciones y acontecimientos externos, pero creo que es bueno empezar a cambiar el paradigma si queremos crecer y desarrollarnos.
En la formación que impartí, los participantes están todo el día en contacto con el público y aludían a que muchos de sus clientes no se comportaban con ellos de forma educada y que por lo tanto no era su culpa como respondían ellos ante esas situaciones.
Éste es por desgracia el paradigma que tenemos que cambiar, el que otros no sean educados y no se comporten de manera adecuada no puede llevarnos a ser igual que ellos, o a la desmotivación y al estrés en nuestro trabajo.
A nivel consciente o inconsciente, la emoción es una decisión nuestra y es ahí donde sí podemos trabajar y mejorar.
Solo cuando nos damos cuenta de que ésto es así, es cuando podemos cambiar nuestra respuesta emocional y aprovechar cada oportunidad para responder como personal e internamente deseamos sentirnos, no como las circunstancias nos prescriben.
Y la pregunta en este punto es: ¿Cómo lo hacemos?
Para mí la respuesta es a través del desarrollo de la Inteligencia Emocional.